La curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) es una especie de ave paseriforme de la familia Sylviidae.
Presenta una longitud de 12 cm, y una envergadura de 19 cm. El iris es castaño de Ø 3,5 mm. Pico grisáceo (más blancuzca la mandíbula inferior). Patas en un tono anaranjado.
El macho posee cabeza y manto de color gris azulado, alas y cola en tono gris pardo, cuello y pecho castaño cobrizo, vientre blanco y flancos blancuzcos. Rasgos característicos son un bigote blanco, en ocasiones poco marcado, y anillo ocular de tono rojizo anaranjado.
La hembra se diferencia del macho por su tonalidad más apagada y parda, donde la parte inferior se hace más amarillenta, la superior más parda, la bigotera se observa bastante menos marcada, y el anillo ocular más descolorido en tono naranja claro.
Se desarrolla entre matorrales y maleza arbustiva de pequeño porte, donde se oculta realizando vuelos cortos de una a otra mata, pudiéndose encontrar en campos baldíos, en campo abierto poblado por este tipo de vegetación (matorral bajo) y con arbolado disperso. Suele encontrarse también en las proximidades de los ríos, donde habita la espesura de las orillas, húmedas y aptas para su desarrollo, donde encuentra alimento y resguarado.
Su reclamo es penetrante, emitiendo un "chec-chec" suave y lento, que también podría describirse como "chac"; lo emite con frecuencia también en estado de alarma. Su canto es melodioso y musical, corto, y sin notas ásperas o metálicas.
Es básicamente insectívora, se alimenta mayoritariamente de los insectos que caza, aunque también ingiere arañas, algunas larvas, diferentes semillas de plantas herbáceas, frutos silvestres como bayas, y también puede picotear alguna que otra fruta que halle en su camino.
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