
Las palomas neozelandesas pertenecen a la familia Columbidae, en la subfamilia Treroninae, que se encuentran por todo el sureste de Asia, África y Nueva Zelanda. Los miembros de esta familia se alimentan generalmente de frutas, principalmente drupas.
A la paloma maorí se la conoce también con el nombre de kererū (nombre maorí que recibe en la Isla del Sur). En la isla del Norte recibe otros nombres maoríes como kūkupa (en algunas partes del norte de la isla), kūkū (Northland) y paloma maderera neozelandesa.
La paloma maorí es una gran paloma arbórea (650-800 g) que se encuentra desde Northland hasta la Isla Stewart en hábitats muy distintos, desde costeros hasta montañas. La morfología general es la de una típica paloma, esto es, una cabeza pequeña y unas plumas pequeñas y muy pegadas al cuerpo. También tiene el carácter típico de una paloma, como beber por succión y atacar con las alas cuando es amenazada. Las palomas neozelandesas construyen nidos y alimentan a sus crías con una secreción parecida a leche.

El vuelo de las palomas maorís es muy característico: normalmente ascienden lentamente haciendo empinadas parabólicas impresionantes; se piensa que este comportamiento se debe a la anidación, o a la falla de ésta.


Las palomas maorís anidan en árboles, dejando solo un huevo, en un nido endeble construido con pocas ramas lanzadas juntas. El huevo es incubado por 30 días tanto por el padre como la madre. A la joven ave le toma entre otros 30-45 días poder volar. En temporadas con frutas abundantes la paloma neozelandesa puede anidar hasta cuatro veces en un año.
La población de palomas neozelandesas ha disminuido considerablemente desde la llegada de los humanos a Nueva Zelanda, y esta tendencia todavía continúa, especialmente en la Isla Norte, pero las aves son aún relativamente comunes en el oeste de la Isla Sur y en la costa de Otago. Son comúnmente encontradas en los bosques nativos, matorrales, jardines y parques de las zonas rurales y urbanas.
El introducido posúm cola de escoba australiano (Trichosurus vulpecula) y unas especies de ratas introducidas —principalmente la rata negra (Rattus rattus)pero también la rata de Polinesia (Rattus exulans) y la rata noruega (Rattus norvegicus)— han reducido significativamente la cantidad de alimento disponible para las palomas neozelandesas y otras aves endémicas, y también han atacado los huevos y nidos.
Sus otras amenazas son la caza, la degradación del hábitat y el poco éxito reproductivo. Las poblaciones de palomas neozelandesas eran numerosas hasta alrededor de 1860 y grandes bandadas empezaron a concentrarse en árboles frutales para alimentarse. Las restricciones para el disparo a las palomas neozelandesas fueron promulgadas en 1864, con una protección total en 1921.
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